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a pesar de todo

Pase lo que pase, si no tienes a nadie, sabes que yo estaré aquí para ti. ​Te lo prometí una vez y lo mantendré para siempre. ​No importa lo que hayas dicho de mí, las mentiras que hayas difundido, la confianza que traicionaste o las veces que te reíste de mí con otros. No importa si crees que te odio. ​Todos nos equivocamos, pero lo que realmente importa es aceptar nuestros errores y entender el daño que causamos. ​Todavía te aprecio, a pesar de que tu último mensaje me destrozó y me hizo darme cuenta de que necesitaba amarme a mí misma y alejarme de ti. ​Sé que me miras cuando nos cruzamos y que tal vez hablas de mí, recordando los buenos momentos que te di. ​Agradezco cada risa, cada chiste, cada caminata y cada momento que compartimos. ​Si alguna vez me necesitas, vuelve. Yo sí cumplo mis promesas.

tu pasar

¿Qué tan difícil era decirme la verdad? Decirme que no me querías, que solo fui un placebo para llenar ese vacío que había dejado alguien antes que yo. ​Que simplemente nunca fui tu tipo y solo querías mi atención, mis caricias, mis regalos. ​No te culpo por cómo se dieron las cosas, pero sí por la forma en que me mentiste, me engañaste y me hiciste creer que el problema siempre había sido yo. ​Con tus discusiones del porqué y el para qué de mis celos, de mis inseguridades que me carcomían hasta dejarme sin respiración, como si lo que yo sintiera fuera culpa mía y no tuviera nada que ver contigo. ​Ahora te observo a lo lejos, como dos desconocidos que se conocen muy bien. ​El dolor en el pecho todavía no se me va y no sé cuándo lo hará, pero lo que sí sé es que atesoro tu paso por mi corta vida y, si pudiera, repetiría mil veces esos momentos contigo, por más mal que me hicieran.

al final

¿Sabes lo que pasa? ​Que me dejaste para el final. Pensaste que podías ir y venir, decidir, hacer y deshacer, y que yo siempre iba a estar ahí. Porque siempre estuve. Siempre te banqué en tus decisiones y en tus indecisiones; en lo que querías y en lo que no querías hacer; en lo que podías y no podías dar. ​Y yo estaba ahí, esperando que te decidieras, que me eligieras, que me quisieras, que me vieras. Y el problema es que yo eso ya no lo quiero más. No quiero ser la última en tu lista de prioridades, no quiero ser la última en decidir o en decir lo que quiero hacer. ​Me cansé, porque ese lugar ya no me corresponde. Ese lugar me queda muy chico. Ese lugar ya no es para mí, porque yo me merezco más. ​Hoy me doy cuenta de que el valor me lo voy a poner yo misma, porque vos no me lo supiste dar. Porque supiste entender quién era yo, pero no supiste estar a la altura de lo que era.

flores

Las flores crecen, se marchitan y mueren, ¿por qué renazco para volver a morir, y que mis penas florezcan? Quizás en vos había encontrado algo distinto, pero me hiciste sentir ese dolor que me es tan familiar, lo reconozco al instante. Esa cobardía que tanto recordaba, esa falta de valentía que me ponía a rogar, ese sentir que ya había vivido, y no, no te culpo por ello, pero sí por lo que has hecho conmigo. Sí, te culpo por ese volver al pasado, por haber sido tan astuto, tan desalmado. Por saber como hablarme para que cayera en tu juego, y creyera que tenías un poco de afecto, un poco de fuego. ¿Será que aún no he sido cuidada con amor? ¿O soy yo la que cree que un insecto es un colibrí, que solo existe dolor? Tal vez, solo tal vez, un día puedan verme como una hermosa margarita, pero para ello debo dejar de ser una rosa, ser una flor maldita. Llena de espinas y desastres, cubierta de sangre como si de lágrimas se trataran y me cubren los desastres. Solo deseo que puedas recordar mi ...

la verdad de un corazón roto

Y si te digo la verdad, tengo el corazón roto, otra vez, de una forma fatal. Lo habías arreglado, lo habías curado, pero tu decisión fue la misma que me dejó a tu lado. ¿Por qué? ¿Por qué no avisaste que esto iba a pasar? Te podría haber amado menos para no tener que rogar. No tendría que haber insistido sin ver el final, y nada habría cambiado este sentimiento tan real. Porque tu perdón no arregla la pena que siento, no arregla sentarme en el piso a llorar con el tormento. No arregla la charla con mi madre sin poder hablar, no va a arreglar que deje de ser yo para ser alguien más. Recordarla solo me hacía preguntar con gran dolor: ¿Qué me faltaba a mí para tu amor? Probablemente sus ojos, su sonrisa y su cuerpo, tal vez debía ser más arriesgada, más vanidosa en el intento. Pero no pude, no porque yo no haya querido, sino porque nunca me verías como la habías visto. Y es un dolor que no se va, porque nunca me verías como la viste a ella, jamás.

abril

En una noche de abril, Ella lo vio llegar, de belleza rara. El más lindo, pensó, con gracia singular, su mundo cambió en un dulce empezar. La noche avanzaba, alegre canción, A la madrugada, hallaron rincón. Un beso nació, con mágico don, el más bello sentido, sin comparación. Palabras unieron, palabras al viento, Él hablaba dulce, llenando el momento. Ella, conmovida, su hablar era él, un cariño nacía, profundo y fiel. Mas hoy los caminos quizá se han deshecho, y el hablar de amor ya no tiene techo, su marca persiste, imborrable sentir, un bien que en su alma siempre ha de vivir. Poco se conocen, mas grande es la fe, si el tiempo lo permite, su dicha se dé. Si el destino los une, en algún día pleno, su alegría será un amor sin freno. Así que, aunque lejos, sin saberlo quizás, "Te quiero", susurra, con fuerza tenaz. "Esperaré siempre", promesa sutil, en su corazón vive ese afecto gentil.

mi cuidado inútil

 Qué fácil me envolví en tu ser, quizás fue tu trato, o esa mirada que me elevaba al cielo. Ahora, tu lejanía me arrastra al suelo, al sentir que hay un nuevo amor, una nueva ocupación, un alguien misterioso. Sé que intuyes mi saber, por eso te acercas, te preocupas, te interesas en mí. No porque mi sentir te importe de verdad, sino porque no quieres perder a quien te cuida como yo, quien se preocupa, quien se interesa por ti. Porque al final, solo me encuentras al caer el día, con la amarga certeza de que seré fría, devolviéndote ese trato tan tibio, y esa tristeza tan cálida.